
La creación de una cultura del coaching en cualquier organización no sólo empieza en la cúpula, sino que debe cultivarse desde los mandos intermedios. Mientras que la alta dirección marca el tono de la dirección estratégica de una organización, los mandos intermedios son el puente que conecta las visiones ejecutivas con las experiencias diarias de los empleados. Estos directivos se encuentran en una posición privilegiada para fomentar una cultura de coaching porque son los que más directamente influyen en sus equipos, 70% de la variación en el compromiso del equipo viene determinada exclusivamente por el directivo, lo que le convierte en un factor crítico para conformar la cultura y el rendimiento generales.
Pero, ¿cómo inspirar y capacitar a los mandos intermedios para que adopten una mentalidad de coaching? He aquí cómo ayudarles a convertirse en los campeones del coaching dentro de su organización.
Capacitar a los directivos con habilidades de coaching
Los mandos intermedios suelen llevar muchos sombreros: compaginan los objetivos estratégicos con la gestión de equipos, la supervisión de proyectos y la obtención de resultados. Añadir "coach" a su función puede parecer desalentador, pero es esencial para liberar el potencial de sus equipos. Dote a los directivos de las habilidades que necesitan para entrenar con eficacia. Esto incluye recursos sobre cómo dar retroalimentación constructiva, hacer preguntas poderosas y escuchar activamente.
Proporcione programas de desarrollo del liderazgo y el acceso a un coaching personalizado que ayude a los directivos a perfeccionar estas habilidades. Cuando los directivos sepan cómo entrenar eficazmente, confiarán más en su capacidad para guiar a sus equipos hacia el éxito.
Integrar el coaching en las conversaciones cotidianas
Una de las formas más sencillas de cultivar una cultura de coaching es incorporar el coaching a las conversaciones cotidianas. Anime a los directivos a utilizar técnicas de coaching durante las reuniones individuales, las reuniones de equipo y las interacciones informales. En lugar de dirigir o resolver siempre los problemas, pueden guiar a los empleados haciéndoles preguntas que inviten a la reflexión, como:
- "¿Cuáles cree que son las posibles soluciones?"
- "¿Cómo se puede enfocar esto de otra manera?"
- "¿Qué has aprendido de esta experiencia?".
Este enfoque cambia la dinámica de un estilo de mando y control a otro que fomenta el crecimiento, la reflexión y la autonomía.
Reconocer y recompensar los comportamientos de coaching
Los directivos suelen guiarse por métricas y objetivos, por lo que es importante medir y recompensar los comportamientos de coaching. Destaque a los directivos que ejemplifican la cultura del coaching y reconózcalos públicamente. Esto puede hacerse a través de los comentarios de los empleados, las evaluaciones de rendimiento o los programas de reconocimiento entre compañeros.
Cuando los directivos vean que el coaching se valora y está vinculado a su éxito, estarán más dispuestos a adoptar y mantener prácticas de coaching. Integra el coaching en sus indicadores clave de rendimiento (KPI), así como en los objetivos estratégicos de tu empresa, para asegurarte de que sigue siendo una prioridad.
A LA CARTA: Los beneficios de adoptar un estilo de liderazgo coaching →.
Crear un espacio seguro para aprender y crecer
La cultura del coaching prospera en entornos en los que se fomenta el aprendizaje y los errores se consideran oportunidades de crecimiento. Para que los mandos intermedios entrenen con confianza a sus equipos, necesitan sentirse apoyados y seguros para experimentar con nuevos enfoques. Fomente una cultura de seguridad psicológica en la que los directivos se sientan capacitados para cometer errores, aprender de ellos y compartir sus experiencias con sus equipos.
Anime a los líderes a ser modelos de vulnerabilidad y apertura, demostrando que el aprendizaje y el crecimiento son procesos continuos en todos los niveles de la organización.
Dominar el aprendizaje continuo →
Proporcionar a los directivos acceso a sus propios entrenadores
Uno de los más Una forma eficaz de influir en los mandos intermedios es darles acceso al coaching. Cuando experimentan de primera mano el impacto del coaching personalizado, es más probable que vean su valor y reproduzcan ese enfoque con sus equipos.
Considere la posibilidad de ofrecer coaching personalizado a los mandos intermedios a través de plataformas como TareaHumanodonde pueden trabajar sus habilidades de liderazgo, comunicación y coaching. A medida que se beneficien del coaching, estarán mejor preparados para liderar e inspirar a sus equipos.
Pasar de los resultados al desarrollo
Una cultura de coaching hace hincapié en desarrollo a largo plazo por encima de los resultados a corto plazo. Aunque el rendimiento es importante, es el desarrollo de las personas lo que impulsa el éxito sostenible. Anime a los mandos intermedios a centrarse no sólo en alcanzar los objetivos, sino en desarrollar las capacidades y el potencial de los miembros de su equipo. Este cambio de mentalidad requiere paciencia, pero la recompensa es un equipo más comprometido, adaptable y de alto rendimiento.
Cuando los directivos dan prioridad al desarrollo, fomentan un entorno en el que los empleados se sienten valorados por su crecimiento, no sólo por sus resultados.
Creación de itinerarios de desarrollo de los empleados sin fisuras →
Fomentar la formación entre directivos
Crear una cultura del coaching no consiste sólo en que los directivos asesoren a sus subordinados directos, sino también en fomentar el coaching entre los propios directivos. Anime a los mandos intermedios a colaborar, compartir ideas y entrenarse mutuamente. Esto no sólo construye un equipo directivo más fuerte, sino que también refuerza la mentalidad de coaching en toda la organización.
El coaching entre iguales puede ofrecer un espacio para que los directivos discutan los retos, ofrezcan feedback y aprendan de las experiencias de los demás, creando una cultura de mejora continua y éxito compartido.
Conclusión
Los mandos intermedios son los pilares de su organización y, si les capacita para convertirse en entrenadores, no sólo transformará su cultura, sino que también creará una generación de nuevos empleados. Buscadores-empleados conscientes de sí mismos, orientados al crecimiento y comprometidos con el desarrollo continuo. Esta filosofía de Seeker, basada en la autoconciencia y el crecimiento personal, garantiza que la cultura del coaching arraigue y prospere en toda la organización.
Si proporciona a los mandos intermedios las habilidades, las herramientas y el apoyo que necesitan para entrenar con eficacia, fomentará un entorno en el que los empleados se sentirán apoyados, comprometidos y motivados para dar lo mejor de sí mismos. Empiece por los mandos intermedios y vea cómo la cultura del coaching echa raíces y crece en toda la organización.
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