
Cuando surgen problemas organizativos -ya sea por la disminución del rendimiento, la insatisfacción de los empleados o el descenso de la productividad-, muchas empresas se apresuran a culpar a los directivos. ¿La solución? A menudo es destituir al líder en cuestión y sustituirlo por alguien nuevo. Pero despedir al jefe no siempre es la respuesta al problema. Aunque es indudable que el liderazgo influye en el rendimiento del equipo, limitarse a sustituir a un líder puede ser un planteamiento costoso y miope.
En lugar de optar inmediatamente por un sustituto, ¿qué pasaría si las organizaciones se centraran en mejorar a sus líderes actuales? Invertir en el desarrollo de mejores líderes puede producir resultados más sostenibles que aumentar continuamente el número de directivos. Capacitar a los líderes actuales para mejorar sus habilidades no sólo mejora el rendimiento de la organización, sino que también crea una cultura de crecimiento y lealtad. He aquí por qué mejores líderes son mejores que más líderes.
El coste de sustituir a un líder
Sustituir a un líder es caro, tanto en tiempo como en recursos. El coste de sustituir a un empleado puede oscilar entre media y dos veces su salario anual.
El proceso de contratación es largo y requiere una minuciosa investigación de antecedentes y entrevistas, seguidas de la incorporación del nuevo líder. Todo esto tiene un precio, sobre todo si se tiene en cuenta la pérdida de productividad durante el periodo de transición. Además, las expectativas salariales de los nuevos líderes pueden ser a menudo superiores a las del anterior titular.
Luego están los costes ocultos. La llegada de un nuevo líder puede desestabilizar a los equipos. Los empleados leales al líder anterior pueden sentirse alienados, lo que disminuye el compromiso o incluso la rotación. La curva de aprendizaje de los nuevos líderes a medida que se adaptan a la cultura de la empresa, la dinámica del equipo y los procesos ralentiza aún más el progreso.
Aumentar el número de líderes no siempre ayuda
La solución a un liderazgo ineficaz no siempre consiste en añadir más líderes a la organización. Que una organización atraviese dificultades no significa que la respuesta sea añadir más directivos. Demasiados líderes pueden generar confusión, falta de comunicación e ineficacia. Una estructura de liderazgo abultada puede dar lugar a una parálisis en la toma de decisiones, en la que demasiadas opiniones y direcciones contradictorias paralizan el progreso.
Además, aumentar el número de líderes sin abordar la calidad del liderazgo puede dar lugar a una cultura de microgestión, en la que los empleados se sientan asfixiados por una supervisión constante. Esto puede ahogar la innovación y la creatividad, ya que los empleados se centran demasiado en satisfacer los múltiples niveles de liderazgo en lugar de ejecutar un trabajo impactante.
Centrarse en la calidad, no en la cantidad
¿Cuál es la alternativa? En lugar de contratar o despedir líderes a la primera señal de problemas, las organizaciones deben dar prioridad al desarrollo de los líderes que ya tienen. Perfeccionar a los líderes actuales mediante formación, tutoría, desarrollo profesionaly programas de desarrollo del liderazgo- pueden transformar la eficacia de los equipos directivos. Más información sobre los programas de desarrollo de liderazgo de TaskHuman →...
Perfeccionar a los líderes existentes: Invertir en el desarrollo del liderazgo permite a las organizaciones formar líderes que comprendan la misión, los valores y la cultura de la empresa. Cuando los líderes están dotados de nuevas habilidades y conocimientos, son más capaces de guiar a sus equipos a través de los retos, inspirar la innovación e impulsar el éxito de la organización. A LA CARTA: Ponga a prueba su mano de obra: Estrategias de perfeccionamiento y reciclaje →
Reclutar centrándose en las cualidades de liderazgo: Si es necesario contratar personal para puestos de liderazgo, dé prioridad a la calidad sobre la cantidad. Busque líderes que posean una gran inteligencia emocional, adaptabilidad y capacidad para desarrollar a los demás. Un buen líder no consiste solo en tener las credenciales adecuadas sobre el papel, sino en su capacidad para inspirar, orientar y tomar decisiones que se ajusten a los objetivos y valores de la empresa. Una guía para desarrollar un marco de liderazgo adaptable →
Los beneficios de ser mejores líderes
El impacto de tener líderes mejores y más eficaces en la organización es profundo. Los líderes que invierten en su desarrollo personal y profesional inspiran a sus equipos a hacer lo mismo. Dirigen con empatía, se comunican con claridad y fomentan la colaboración. Estos líderes son capaces de afrontar los retos con seguridad, infundir confianza en sus equipos e impulsar el rendimiento sin recurrir a la microgestión. A LA CARTA: Desarrollar la inteligencia emocional en los líderes →.
Los mejores líderes también contribuyen a mejorar la retención. En 60% de los empleados que abandonan una organización lo hacen a causa de su supervisor inmediato. Es más probable que los empleados permanezcan en organizaciones donde se sienten apoyados e inspirados por el liderazgo. La capacitación de los líderes crea un efecto dominó que conduce a una mano de obra más comprometida, una moral más fuerte y una mejor cultura organizativa.
Conclusión
La reacción instintiva de despedir a un líder en apuros a menudo puede hacer más mal que bien. En lugar de las puertas giratorias en las posiciones de liderazgo o simplemente añadir más líderes a la mezcla, las organizaciones deben dar prioridad a la mejora de los líderes que ya tienen. Mejorar las competencias y centrarse en el desarrollo del liderazgo genera mejoras duraderas en el rendimiento y la cultura de la empresa. Mejores líderes generan mejores resultados: no se trata de cuántos líderes tiene una organización, sino de lo eficaces que son. En el liderazgo, la calidad siempre superará a la cantidad. Programe una demostración para saber cómo puede asociarse con TaskHuman para todas sus iniciativas de mejora y reciclaje hoy mismo.