Por qué la vulnerabilidad te hace un líder más fuerte
¿Alguna vez has sentido que los líderes deben tener todas las respuestas? ¿Como si la fortaleza implicara una confianza inquebrantable y no admitir nunca, jamás, que no sabes algo? TaskHuman Coach Kamal Chaballout solía pensar lo mismo. Pero al asumir él mismo un papel de liderazgo, tuvo un gran momento de "¡ajá!": ser verdaderamente eficaz significaba ser abierto, un poco vulnerable, asegurarse de que todo el mundo se sintiera escuchado y tener la autoconciencia de decir: "Oye, me vendría bien algo de apoyo aquí".
Como dice el entrenador Kamal: "Permitirnos ser abiertos, imperfectos y humanos refuerza la empatía y la curiosidad necesarias para conectar de verdad con nuestros equipos." No se trata de debilidad; se trata de construir un espacio en el que todos prosperen.
¿Listo para explorar qué aspecto tiene? El coach Kamal comparte cinco formas de cultivar una cultura de vulnerabilidad en el trabajo.
Olvida lo que piense en significa vulnerabilidad. En el liderazgo, se trata de apertura y transparencia. Se trata de detectar los retos y saber cuándo recurrir a la experiencia de otros para encontrar soluciones. También se trata de crear un espacio seguro en el que la gente pueda hablar sin miedo a ser juzgada. Eso significa desestigmatizar el hecho de pedir ayuda o admitir que no se tienen todas las respuestas. Se trata de darse permiso a uno mismo y a su equipo para mostrarse como seres humanos completos y reales, no sólo como títulos de trabajo o listas de tareas pendientes.
Imagínate esto:
Admitir que una decisión no ha salido según lo previsto y compartir lo que se ha aprendido de ella.
Pida a su equipo su opinión cuando las cosas estén un poco inciertas.
Compartir una historia personal que ayude a normalizar un reto al que se enfrenta su equipo.
¿Listo para probarlo? Empiece con algo pequeño. Comparta un reto profesional que esté afrontando, explique su proceso de reflexión e invite sinceramente a su equipo a opinar. Te sorprenderá lo rápido que empiezan a reflejar esa apertura.
Piensa en seguridad psicológica como el superpoder definitivo del equipo. Es ese espacio cómodo donde puedes compartir ideas, hacer preguntas e incluso cometer errores sin preocuparte de pasar vergüenza o meterte en problemas. ¿Y adivina qué? La vulnerabilidad es el ingrediente secreto para crear esa seguridad.
Cuando los líderes se muestran abiertos y humanos, es como una luz verde invisible para todos los demás. Dice: "Aquí es seguro ser honesto e imperfecto". Y ahí es donde se produce la magia: se dispara la curiosidad, florece la innovación y la colaboración alcanza un nivel completamente nuevo.
¿Listo para probarlo? La próxima vez que alguien le plantee un problema difícil o cometa un error, intente responder con auténtica curiosidad en lugar de criticar. Pregúntale cosas como: "¿De qué te diste cuenta cuando ocurrió eso?" o "¿Qué podríamos aprender juntos de esta situación?" o incluso: "¿Con qué estás luchando y cómo puedo apoyarte?".
Es totalmente normal que los líderes duden cuando se trata de la vulnerabilidad. Esos temores son reales y válidos. Puede que le preocupe:
Ser visto como débil o indeciso.
Perder su autoridad o credibilidad.
Sentirse incómodo en momentos de gran carga emocional.
No saber manejar las emociones "grandes".
Durante mucho tiempo, el liderazgo solía equiparar la fortaleza con una cara de póquer y un labio superior rígido. Rara vez veíamos ejemplos de líderes fuertes que también fueran amables y realmente empáticos. Pero los tiempos están cambiando.
¿Listo para probarlo? Elige una creencia que tengas sobre la vulnerabilidad y el liderazgo. Pregúntate: "¿Esta creencia nos está ayudando realmente a mí y a mi equipo en este momento?". Es una invitación a cuestionar con delicadeza esas viejas suposiciones que pueden estar impidiéndote una conexión más profunda y un mayor liderazgo. comunicación eficaz.
Cuando los líderes adoptan la vulnerabilidad, ocurre algo muy interesante: sus empatía y apertura se profundiza de forma natural. Estarás más en sintonía con lo que sienten y experimentan los demás, lo que genera confianza y, sí, incluso lealtad.
La curiosidad también recibe un gran impulso. Cuando no sientes la presión de tener todas las respuestas, puedes escuchar y comprender realmente lo que necesitan los miembros de tu equipo. Esto significa menos frustración y soluciones más eficaces.
¿Listo para probarlo? En su próximo cara a cara, concéntrese en estar realmente presente y ser curioso. Pregunte sinceramente: "¿Cómo estás, de verdad? ¿Qué te preocupa últimamente?". Después, escucha -escucha de verdad- para entender cómo puedes aparecer y apoyarles mejor. La diferencia es enorme.
No hacen falta grandes gestos para liderar con vulnerabilidad. Se construye a través de pequeños y constantes momentos de valentía:
Asumir la responsabilidad de un paso en falso.
Pedir apoyo cuando se necesita.
Reconocer la incertidumbre.
Mostrar un aprecio genuino por las personas y el equipo.
Estos pequeños actos envían un poderoso mensaje a su equipo: ésta es una cultura de apoyo, centrada en el ser humano, en la que todos pueden prosperar de verdad.
La vulnerabilidad no es una debilidad; es una fortaleza relacional profunda que construye una base sólida para lugares de trabajo sostenibles y prósperos. Dirigir con apertura crea entornos en los que la empatía, la curiosidad y la seguridad psicológica no sólo existen, sino que florecen. Y cuando esas cualidades están presentes, los datos muestran mejores rendimientos a largo plazo. Al practicar estos pequeños actos intencionados de vulnerabilidad, los equipos no sólo son más resistentes e innovadores, sino también, sencillamente, más humanos.
¿Qué pequeño acto de vulnerabilidad estás dispuesto a probar esta semana? Para obtener apoyo personalizado específico para tu contexto laboral, ponte en contacto con un coach de liderazgo como Kamal Chaballout.