Image for <trp-post-container data-trp-post-id='10625'>The Human Element: Transformation Through Teamwork</trp-post-container>

Hoy en día, es fácil olvidar que detrás de cada herramienta, mensaje, plataforma y algoritmo hay personas: seres humanos con diversas perspectivas, emociones y motivaciones.

Aunque la tecnología nos conecta de formas sin precedentes, la verdadera colaboración sigue siendo nuestro mayor reto y oportunidad. Constantemente tenemos que pivotar y adaptarnos a nuevas formas de trabajar, aprender tecnologías en evolución y responder a las expectativas de unos y otros y de las empresas. 

Esta adaptación en curso pone de relieve una verdad fundamental de TaskHuman Entrenador Wilton Atkins:

"Hemos dominado la construcción de sistemas que se comunican entre sí. Ahora tenemos que dominar tener equipos que hagan lo mismo".

Así que, mientras nos adentramos en el mundo de la IA y de la mano de obra global, dediquemos un momento a explorar qué trabajo en equipo eficaz y el éxito laboral.

Sumérgete en un poderoso marco de cinco elementos esenciales que transforman grupos de individuos en equipos cohesionados y de alto funcionamiento con el coach Wilton. Aprende cómo los colaboradores individuales pueden transformar sus equipos a través de la colaboración intencionada.

 

Por qué el trabajo en equipo es más importante que nunca

Los complejos retos actuales exigen conocimientos y perspectivas diversos.

Atrás quedaron los días en los que la brillantez en solitario podía impulsar el éxito sostenible. Incluso los que parecen autosuficientes, como los "influencers" de LinkedIn o los YouTubers, tienen equipos detrás que trabajan para mantener todas las piezas en movimiento.

"Para que el trabajo en equipo funcione de verdad, tiene que formar parte de la cultura de arriba abajo y de abajo arriba", explica Atkins. "El colaborador individual no puede colaborar si el sistema no lo permite".

Los datos lo avalan.

Las organizaciones con una sólida cultura de colaboración registran tasas de retención 30% más elevadas y tienen cinco veces más probabilidades de ser de alto rendimiento (Fuentes: Deloitte & Forbes).

1. Colaboración: Más allá de trabajar juntos

La verdadera colaboración no consiste simplemente en dividir las tareas, sino en un cambio fundamental de mentalidad.

"Viene de un lugar en el que sabes que tienes 'puntos ciegos'", dice el entrenador Wilton, "y de un lugar en el que tu visión del mundo no es la verdadera visión del mundo. Puede que te estés perdiendo algo".

Incluso sin autoridad formal, puede liderar la colaboración con el ejemplo, por ejemplo haciendo preguntas que inviten a adoptar perspectivas diversas.

Cree espacio para que otros contribuyan.

Y lo que es más importante, aborda cada interacción con humildad para reconocer que las mejores soluciones surgen de muchas mentes, no de una sola.

Como dice Atkins, "Colaboración permite a todos crear más opciones y más elecciones porque eres flexible... Suena obvio y sencillo, pero es una mentalidad".

2. Resolución de conflictos: Encontrar un terreno común

Los equipos sanos no evitan los conflictos. Lo transforman en un catalizador del crecimiento.

"Empieza por plantear el objetivo común", aconseja Atkins. "Tienes que saber que puedes discrepar en los detalles, pero que hay algo en lo que ambos podéis estar de acuerdo y por lo que estáis trabajando... Saber que estáis en el mismo equipo, trabajando por lo mismo, solo discrepáis en los detalles".

Entre los obstáculos a la resolución suelen figurar la falta de capacidad de comunicación, la escasa toma de perspectiva y la reactividad emocional.

¿El remedio?

"Es importante que la gente se asegure de empezar por reconocer la perspectiva de la otra persona, aunque no esté de acuerdo". Entrenador Wilton explica. "Si lo descartan sin más, la gente se siente resentida".

La confianza es la base y el resultado de un conflicto sano. Si se gestionan los desacuerdos con respeto, se construyen relaciones más sólidas y surgen soluciones más innovadoras que las que surgirían de una armonía artificial.

3. Empatía: la base de los equipos sostenibles

En el fondo, empatía consiste en comprender la dimensión humana del trabajo: qué motiva a las personas, qué las desafía y qué las ayuda a prosperar.

"Si no te importan las personas implicadas, ¿qué sentido tiene?". pregunta Atkins. "Es muy importante preocuparse por la gente. Por eso importa y vuelve a esa palabra, sostenibilidad. Y también está relacionado con el rendimiento".

Otra poderosa idea de Atkins: "Sólo conocemos lo que hemos experimentado en nuestras vidas", explica. "Mi visión del mundo está dentro de una cueva. Tu visión del mundo está en otra parte y sólo sabemos lo que hemos experimentado en nuestras vidas. No podemos pensar lo mismo. No podemos saber las mismas cosas".

¿La buena noticia?

"La gente puede aprender a cuidar en distintas etapas de su vida", confirma Atkins. "Puede desarrollarse a través del coaching". Sugiere el cuestionamiento reflexivo como forma de crear empatía: mirar más allá de la propia perspectiva para comprender las experiencias de los demás.

4. Respeto mutuo: Asumir una intención positiva

El respeto empieza por la humildad, es decir, por reconocer que ningún punto de vista posee toda la verdad.

"Se trata de saber que la forma en que uno percibe las cosas no es la única verdadera", afirma Atkins. "Abre la posibilidad de que otra persona sepa algo que tú no sabes".

Esto es especialmente importante cuando los equipos se enfrentan a retos. "Yo estoy en mi viaje, y tú también estás en el tuyo, y todos intentamos mejorar. Eso es respeto mutuo", nos recuerda Atkins.

Un marco poderoso que comparte: "Se basa en la creencia de que todo el mundo hace lo mejor que puede con los recursos de que dispone. Es una mentalidad de que todo el mundo está haciendo lo mejor que puede en las circunstancias que tiene con los recursos que tiene".

5. Conversaciones inclusivas: Acoger todas las voces

La culminación de todos los elementos anteriores es la capacidad de fomentar una verdadera diálogo integrador que acoge todas las voces y perspectivas.

"Todas las conversaciones deben ser inclusivas, porque todo el mundo tiene una visión diferente del mundo", afirma Atkins. "Liderar con vulnerabilidad es en realidad un signo de fortaleza: da permiso a los demás para compartir. Lo que quiero decir con esto es que si hablamos de un tema, ser vulnerable permite a los demás intervenir. Así que esa vulnerabilidad es un signo de fortaleza para dar a los demás el permiso de compartir también, y eso genera confianza".

Sin embargo, muchas culturas empresariales siguen considerando la vulnerabilidad como debilidad.

¿La solución?

Sé intencionado.

"A menudo, algunas de las personas que tienen la mejor visión son las que no se abren porque son más reservadas", sugiere Wilton. "Pídeles su opinión. ¿Qué tienes que decir? Nos encantaría conocer tu opinión. Y entonces puede que oigas algo que nadie más ha dicho. Así que llama a la gente por su nombre y dales el tiempo y el espacio para que compartan contigo".

Cuando se llevan a cabo de forma coherente, las conversaciones inclusivas se convierten en el motor de la innovación, sacando a la luz ideas que, de otro modo, permanecerían ocultas tras la jerarquía o las dudas.

 

El elemento humano en acción

Estos cinco elementos -colaboración, resolución de conflictos, empatía, respeto mutuo y conversaciones integradoras- forman un marco interconectado para transformar la dinámica de los equipos.

Pero la transformación no se produce de la noche a la mañana.

"La confianza se gana y cuesta ganarla, se pierde fácilmente", subraya Atkins. "Se construye con el tiempo. Por eso importa más la constancia que la intensidad".

Lo más eficaz es empezar poco a poco. Elige un elemento en el que centrarte esta semana:

  • Haz una pregunta que invite a una perspectiva diferente
  • Abordar un conflicto partiendo de objetivos compartidos
  • Practica un momento de empatía intencionada
  • Extiende tu respeto a alguien cuyo viaje difiere del tuyo
  • Crear espacio para una voz que no se ha escuchado del todo

Como nos recuerda Atkins: "Se puede ser líder y colaborador aunque no se tenga ese título". Los colaboradores individuales que dominan estos elementos humanos no sólo se adaptan a la cultura de equipo, sino que la transforman.

En un mundo cada vez más mediado por la tecnología, nuestra capacidad humana de conexión, comprensión y crecimiento sigue siendo nuestra mayor ventaja competitiva.

Al cultivar estos cinco elementos del trabajo en equipo, creamos espacios en los que las personas no sólo trabajan juntas, sino que prosperan juntas.

Y en esa prosperidad reside el futuro del trabajo.

Este artículo se basa en las ideas de un entrenador y experto en trabajo en equipo Wilton Atkins como parte del compromiso continuo de TaskHuman de ayudar a los profesionales a desarrollar las habilidades humanas que impulsan tanto el bienestar como el rendimiento en el lugar de trabajo actual.

 

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