Aprende a cultivar una imagen corporal positiva

La relación con nuestro cuerpo puede afectar significativamente a la salud de nuestra mente y nuestro espíritu, influyendo al mismo tiempo en aspectos como nuestra identidad, nuestra autoestima y nuestro bienestar. Cuando no se reconoce, una mala imagen corporal puede contribuir a comportamientos subconscientes que afectan negativamente a la salud a largo plazo y a la forma en que nos relacionamos con los demás. En el lugar de trabajo, una mala imagen corporal puede afectar a nuestra confianza o impedir que valoremos lo que valemos, pidamos un aumento, asumamos riesgos o hablemos en las reuniones.

Al sacar a la luz los diferentes aspectos e influencias de nuestra imagen corporal personal, podemos empezar a liberarnos de los patrones que nos impiden vivir nuestra vida al máximo. Aprendamos cómo.

Reflexiona sobre el origen de tu imagen corporal

A veces, nuestra imagen corporal puede empezar a formarse desde niños. Algunas influencias comunes son:

• Observar cómo nuestros padres/tutores/hermanos se relacionaban con su cuerpo
• Patrones alimentarios fomentados o exigidos por nuestros padres/tutores (por ejemplo, "club del plato limpio" o restricción).
• Exposición mediática
• El deporte y crecer en el atletismo
• Acoso escolar
• Experiencia(s) traumática(s)

Estas experiencias de la infancia tienden a almacenarse en nuestro subconsciente e influyen en nuestros pensamientos y comportamientos de adultos. Por ejemplo, una persona, un lugar o un acontecimiento pueden desencadenar un recuerdo de la infancia e influirnos para responder o actuar de una determinada manera. Pensemos en lo siguiente:

• ¿Un reto de adelgazamiento, o el mero hecho de pensarlo, le ha provocado sentimientos de vergüenza o inadecuación (no sentirse "lo suficientemente bueno")?
• ¿Ver a un niño en casa de un amigo o en un restaurante obligado a terminarse la comida le provoca sentimientos de ansiedad o nerviosismo?

Tal vez haya notado que su imagen corporal ha cambiado en su edad adulta. Piensa si te encuentras relacionándote con tu cuerpo de una forma que nunca antes lo habías hecho en función de factores como las redes sociales, las influencias en el trabajo, la presión social, la cultura del gimnasio, los comportamientos de tus allegados (familiares, amigos, compañeros), los cambios en tu cuerpo relacionados con la edad o las hormonas, etc. ¿Te interesa ser más consciente del origen de tus pensamientos y comportamientos? Prueba a llevar un diario, meditar o trabajar con un terapeuta o entrenador.

Crear un entorno que fomente una imagen corporal positiva

Una vez que tengas una idea más clara de tu imagen corporal, crea un entorno que favorezca la relación que estás estableciendo con tu cuerpo:

• Desconectarse o limitar el uso de las redes sociales (por ejemplo, dejar de seguir a personas o cuentas que desencadenen pensamientos o comportamientos negativos).
• Establece límites con familiares, amigos o compañeros de trabajo que compartan contigo sus patrones negativos de imagen corporal.
• Encuentra el movimiento que te hace feliz
• Fomenta el movimiento para celebrar lo que tu cuerpo puede hacer y cómo crea alegría, en lugar de utilizarlo como castigo.
• Evite etiquetar los alimentos como "buenos" o "malos
• En lugar de hacer comentarios sobre el aspecto, céntrate en otra cosa. Por ejemplo:
  • "¡Eres tan fuerte!"
  • "Parece tan feliz".
  • "Me encanta cómo lo han dicho, qué gran idea".
• Sé consciente de cómo hablas de tu cuerpo delante de tus hijos.

Realizar cambios proactivos en el lugar de trabajo que favorezcan una imagen corporal positiva.

Por último, considere cuánto tiempo pasa en su lugar de trabajo y pregúntese: ¿mi entorno profesional apoya o perjudica mi imagen corporal? Entre las medidas específicas que puede adoptar en su lugar de trabajo figuran las siguientes:

• Evite o reformule las conversaciones habituales sobre la imagen corporal negativa o los patrones alimentarios. (En lugar de: "Hoy es mi día de hacer trampas" o "Mañana por la mañana trabajaré en el gimnasio", prueba con: "Estoy deseando empezar una nueva clase de entrenamiento de fuerza mañana" o "Me encanta la canela que han usado en este pastel").
• Elija actividades de unión de equipos que no se centren en la comida (piense en salas de escape, noches de pintura, concursos de trivialidades).
• Evite los "retos de pérdida de peso 
• Ofrecer espacios seguros para grupos de apoyo y opciones de apoyo profesional
• Comprometerse a utilizar imágenes y contenidos inclusivos que muestren cuerpos de todas las formas y tamaños.

Reconocer las historias y patrones de origen de la imagen corporal es un trabajo duro y a menudo incómodo. Sin embargo, cuando lo soportamos, no sólo enriquecemos nuestras propias vidas, sino que creamos el potencial para influir positivamente y acomodar a quienes nos rodean.

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