Image for <trp-post-container data-trp-post-id='7324'>Be the Change: How to Become an Effective Ally in the Workplace</trp-post-container>

En un mundo laboral tan diverso y cambiante como el actual, ser un aliado de los grupos infrarrepresentados y marginados es más importante que nunca. Es probable que hayas oído hablar del término aquí y allá, quizá en las redes sociales, y ahora te preguntes cómo puedes serlo tú mismo.

Independientemente de lo que piense en un principio sobre lo que es o hace un aliado, déjelo a un lado y acérquese a este tema con un estado de ánimo renovado.

Cubrimos todo lo básico y más.

Entremos de lleno en cómo convertirse en un aliado que puede marcar la diferencia.

 

Comprender el concepto de alianzas

Pongámonos de acuerdo y analicemos qué es ser un aliado, porque hay un montón de rumores y múltiples significados por ahí. 

Por definición, el aliadismo es un proceso permanente de apoyo y defensa activos de los grupos infrarrepresentados y marginados, tanto dentro como fuera del lugar de trabajo.

Es convertirse en un individuo que puede formar parte de algo más grande. Alguien activo que garantiza que el lugar de trabajo sea integrador, que todo el mundo tenga un sentimiento de pertenencia y que la discriminación se aborde y se trate de forma productiva.

Aquí es donde las cosas pueden complicarse porque, sin duda, hay una fuerza contraria a ser aliado. 

Si alguien es discriminatorio sin darse cuenta, pero se le grita, se le anula y se le hace sentir fatal por ello, es probable que el participante se resista al cambio y se ponga a la defensiva en lugar de estar abierto a crecer y reconocer cómo avanzar él mismo como aliado.

Por lo tanto, tienes que aprender a gestionar tu acercamiento entendiendo qué es un aliado y cómo serlo de forma eficaz en lugar de causar problemas. Las redes sociales están plagadas de esto, por lo que te pedimos que vengas con un estado de ánimo limpio.

Puedes hacerlo utilizando tus privilegios y tu posición para amplificar las voces de los demás y trabajar para crear un entorno más inclusivo y equitativo para todos en el lugar de trabajo.

 

Reconozca sus privilegios

Así que, para convertirse en aliado, ¿por dónde hay que empezar?

Sencillamente, empieza con el proceso de comprensión de uno mismo.

Toma, Entrenadora Gloria Er subraya la importancia de reconocer los propios privilegios y de ser consciente de uno mismo. Cree que el verdadero apoyo a una causa proviene de la verdadera comprensión y alineación con sus valores.

Los privilegios adoptan muchas formas, como la raza, el sexo, la orientación sexual, la situación socioeconómica y la capacidad. Comprender tus privilegios te permite empatizar con los retos a los que se enfrentan los colegas infrarrepresentados y te ayuda a utilizar tu posición para apoyarlos.

 

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Escuchar y aprender

Luego viene el arte de la escucha activa.

Es fácil leer este post o contenidos relacionados en Internet e intentar ser un aliado eficaz utilizando las habilidades y la información que adquieras, pero esto rara vez funciona.

Por el contrario, hay que ser proactivo en el lugar de trabajo, haciendo un esfuerzo consciente por relacionarse con compañeros de distintas procedencias y conocer sus experiencias, perspectivas y retos. 

Mantén la mente abierta. 

Esté dispuesto a aceptar que sus experiencias vividas pueden ser diferentes de las suyas. 

Recuerda que no es responsabilidad suya educarte, así que toma la iniciativa de buscar recursos e infórmate sobre los problemas a los que se enfrentan.

Además, cada lugar de trabajo es diferente, al igual que las personas, por lo que no existe un planteamiento único. 

En cambio, para ser un verdadero aliado, tienes que comunicarte con las minorías o las personas afectadas en tu vida, comprender sus problemas particulares y luego aliarte con ellos a través de tus palabras y acciones.

No existe una respuesta genérica que pueda resolver todos los problemas, a pesar de lo que pueda haber visto en Internet o en los medios de comunicación.

 

Amplificar las voces

Tómate tu tiempo para asegurarte de que entiendes claramente los problemas de tu lugar de trabajo. No es algo que ocurra de la noche a la mañana y puede llevar semanas, incluso meses, generar confianza y tener clara la situación.

Cuando, y sólo cuando, entiendas los problemas, podrás empezar a ser proactivo para mejorar las cosas.

La mejor manera de hacerlo es amplificar las voces de los colegas infrarrepresentados. 

En las reuniones y debates, deje espacio para que compartan sus pensamientos e ideas. Si notas que alguien es interrumpido o ignorado, intervén y asegúrate de que su voz sea escuchada. 

También puedes compartir y promocionar su trabajo en las redes sociales y otras plataformas para ayudar a aumentar su visibilidad.

Con los cambios sistémicos en marcha, la coach Er anima a sus clientes a reflexionar sobre las acciones personales que pueden emprender para impulsar el cambio. Ser un aliado no consiste solo en grandes gestos, sino en actos cotidianos de comprensión y apoyo. 

 

Denunciar los prejuicios

Aunque seas proactivo a la hora de crear espacios para las personas en el lugar de trabajo, no todo son oportunidades para hablar y criar a la gente. También se trata de abordar problemas y obstáculos, y habrá muchos.

Esta es la parte más difícil para la mayoría de la gente, porque implica un posible conflicto con los demás. En cierto modo, es la parte que a algunas personas les encanta porque implica dramatismo y atención.

Ten cuidado al avanzar.

¿Cómo se hace?

Se reduce al acto de alzar la voz y cuestionar los prejuicios, la discriminación y las microagresiones cuando se es testigo de ellos. 

Esto puede no ser fácil, pero es vital para crear un entorno de trabajo más inclusivo. 

Aborde estas cuestiones tanto en privado como en público, y utilice su privilegio para abogar por el cambio dentro de su organización.

 

Apoyar políticas e iniciativas inclusivas

A medida que más gente se convierte en aliada, y este es un tema del que se habla cada vez más, notarás cómo el mundo de la empresa está cambiando, y los lugares de trabajo están dando un paso adelante para convertirse en lugares de aceptación que hacen hincapié en la pertenencia.

A nivel sistemático, esto significa cambiar las políticas, iniciativas y normativas en el lugar de trabajo para apoyar y defender activamente la inclusión.

Esto podría incluir la promoción de la formación en diversidad e inclusión, la promoción de prácticas de contratación más diversas o el apoyo a grupos de recursos de empleados (ERG) centrados en grupos infrarrepresentados. 

Anime a su organización a fijar objetivos claros y a hacer un seguimiento de los avances en la creación de un entorno más integrador.

 

Orientar y patrocinar a otros

Si buscas métodos más avanzados para convertirte en un aliado, tendrás que estudiar la posibilidad de apoyar a colegas infrarrepresentados mediante programas de tutoría y patrocinio. 

Ofrézcales orientación, comparta sus conocimientos y experiencia, y ayúdeles a orientar su carrera profesional. El apadrinamiento implica utilizar tu influencia para abogar por su avance dentro de la organización y garantizar que tengan acceso a oportunidades de crecimiento y desarrollo.

Consiga que su lugar de trabajo le patrocine y colabore con usted para producir programas productivos e impactantes que puedan marcar la diferencia.

 

Cuidarse y reflexionar

Por último, recuerda que el aliarse es un viaje continuo, y que es esencial practicar el autocuidado y la reflexión. Reconoce que cometerás errores, pero aprovecha esos momentos para aprender y crecer. 

Fórmese continuamente, manténgase informado sobre cuestiones de justicia social y busque la opinión de sus colegas para asegurarse de ser el mejor aliado posible.

 

Conclusión

En tu camino como aliado, recuerda que es un proceso continuo de aprendizaje y crecimiento. Mantente abierto a los comentarios y dispuesto a adaptar tu enfoque según sea necesario. Si mantienes tu compromiso con el aliadismo, no solo crearás un mejor entorno de trabajo para tus compañeros, sino que también fomentarás una organización más inclusiva, equitativa y exitosa en su conjunto y la convertirás en un mejor lugar de trabajo.

Tenga en cuenta que el aliamiento no es un enfoque único. 

Lo que funciona para una persona u organización puede no funcionar para otra. Mantén la mente abierta, sé flexible y adapta tus estrategias de alianzas a las necesidades específicas de tu lugar de trabajo y de tus compañeros. Esta adaptabilidad garantizará que tus esfuerzos sean lo más eficaces y significativos posible.

Como ves, ser aliado es algo más que un título o una etiqueta: es una forma de vida. 

Si adoptas los principios del aliadismo y los pones en práctica a diario, puedes ayudar a crear un lugar de trabajo más inclusivo y equitativo que beneficie a todos. Es un viaje que requiere dedicación, empatía y comprensión, pero el impacto en tus compañeros y en la organización merecerá la pena. 

Así que, adelante, sé tú el cambio que quieres ver en tu lugar de trabajo y en el mundo.

 

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